Cómo enderezar una piscina tubular sin vaciarla: técnicas de nivelación con las patas de soporte

Las piscinas tubulares se han convertido en una opción popular para disfrutar del verano sin necesidad de realizar grandes obras en el jardín. Sin embargo, con el paso del tiempo y el asentamiento del terreno, es común que estas estructuras presenten problemas de nivelación que comprometen tanto su estabilidad como su vida útil. Afortunadamente, existen métodos efectivos para corregir estos desniveles sin tener que realizar el tedioso y prolongado proceso de vaciar completamente la piscina, lo que permite continuar disfrutando del agua con mínimas interrupciones.

Identificación del problema de nivelación en piscinas tubulares

Detectar a tiempo un problema de nivelación puede evitar daños mayores en la estructura de la piscina. La observación cuidadosa de ciertos indicadores visuales resulta fundamental para intervenir antes de que la situación empeore y requiera soluciones más complejas o costosas.

Señales visuales que indican desnivel en la estructura

Una de las primeras señales que alertan sobre un desnivel es la distribución irregular del agua en la piscina. Cuando uno de los lados muestra una línea de agua notablemente más alta que el opuesto, esto indica claramente que la base no está nivelada. Además, la tensión desigual en las paredes de la piscina constituye otro indicador importante, ya que algunas secciones pueden aparecer más estiradas o abombadas que otras. Las arrugas o pliegues en el liner que no estaban presentes al momento de la instalación también señalan que la estructura ha perdido su nivel original. En casos más avanzados, puede observarse que alguna de las patas de soporte no hace contacto completo con el suelo o presenta una separación visible, lo que evidencia un asentamiento irregular del terreno.

Riesgos de mantener una piscina mal nivelada

Ignorar estos problemas de nivelación puede desencadenar consecuencias serias para la integridad de la piscina. La presión desigual del agua ejerce un estrés constante sobre las paredes y las costuras, aumentando significativamente el riesgo de roturas o fugas. Con el tiempo, esta tensión irregular puede provocar grietas en las uniones o incluso el colapso parcial de la estructura. Además, el desgaste acelerado de los materiales reduce considerablemente la vida útil de la piscina, obligando a reemplazarla antes de lo esperado. La inestabilidad general representa también un riesgo de seguridad, especialmente cuando niños utilizan la piscina, ya que una estructura mal nivelada puede volcarse o ceder inesperadamente. Por estas razones, abordar el problema de nivelación de manera oportuna resulta fundamental para mantener tanto la funcionalidad como la seguridad de la instalación.

Preparativos necesarios antes de comenzar la nivelación

Antes de iniciar cualquier trabajo de corrección, es imprescindible reunir todos los elementos necesarios y establecer un plan de acción claro. Una preparación adecuada no solo facilita el proceso sino que también minimiza los riesgos asociados con la manipulación de una estructura llena de agua.

Herramientas y materiales imprescindibles para el proceso

Para realizar una nivelación efectiva sin vaciar la piscina, se requiere contar con un nivel de burbuja largo que permita verificar con precisión el estado de la base. Las cuñas de madera o plástico resistente son elementos fundamentales para elevar gradualmente las patas que se encuentran más bajas. Un gato hidráulico de baja altura puede ser extremadamente útil para levantar secciones específicas de la estructura cuando sea necesario. También resulta conveniente disponer de bloques de apoyo sólidos, preferiblemente de hormigón o plástico duro especialmente diseñado para soportar peso en exteriores. Una pala y materiales de relleno como arena compactada o grava fina permiten estabilizar el terreno bajo las patas una vez alcanzado el nivel deseado. Finalmente, tener a mano guantes de trabajo y calzado antideslizante garantiza mayor seguridad durante todo el proceso de ajuste.

Medidas de seguridad durante la intervención con agua

Trabajar con una piscina llena implica considerar varios aspectos de seguridad que no deben pasarse por alto. En primer lugar, es recomendable reducir el nivel del agua aproximadamente entre diez y quince centímetros por debajo del borde superior, lo que disminuye la presión sobre las paredes y facilita la manipulación de la estructura. Nunca debe intentarse levantar o mover la piscina bruscamente, ya que el peso del agua puede provocar daños estructurales o lesiones personales. Es aconsejable realizar el trabajo con al menos dos personas, ya que algunas maniobras requieren coordinación y fuerza adicional. También conviene desconectar todos los sistemas eléctricos asociados a la piscina, como bombas o sistemas de filtración, antes de comenzar cualquier ajuste. Trabajar en un día sin viento fuerte y con buenas condiciones climáticas reduce los riesgos y facilita la precisión en las mediciones y ajustes necesarios.

Técnicas paso a paso para ajustar las patas de soporte

Una vez completados los preparativos, el proceso de nivelación puede iniciarse siguiendo una metodología sistemática que garantice resultados efectivos sin comprometer la integridad de la piscina. La paciencia y la precisión son claves para lograr una nivelación duradera.

Método de elevación gradual con cuñas y soportes

El primer paso consiste en identificar con exactitud cuáles son las patas que requieren elevación mediante el uso del nivel de burbuja colocado en diferentes secciones del borde superior de la piscina. Una vez localizadas las zonas más bajas, se procede a insertar cuidadosamente cuñas bajo las patas correspondientes, comenzando siempre con espesores mínimos para evitar movimientos bruscos. Es fundamental realizar este proceso de manera muy gradual, elevando cada pata apenas unos milímetros en cada ajuste y verificando constantemente el nivel general de la estructura. Trabajar en diagonal, es decir, ajustando patas opuestas alternadamente, ayuda a mantener el equilibrio y evita crear nuevos desniveles en otras áreas. Después de cada ajuste menor, conviene caminar alrededor de la piscina observando la línea del agua y verificando que la corrección está progresando en la dirección correcta. Una vez alcanzado el nivel deseado, las cuñas temporales deben ser reemplazadas por soportes más permanentes y estables, asegurándose de que cada pata tenga una base sólida y bien compactada que impida futuros asentamientos.

Redistribución del peso y equilibrio de la presión del agua

En algunos casos, especialmente cuando el desnivel es más pronunciado, puede resultar necesario redistribuir temporalmente el peso del agua para facilitar el ajuste de las patas. Esto se logra incentivando el movimiento del agua hacia el lado opuesto al que se está elevando, lo que puede hacerse mediante el ingreso cuidadoso de una o varias personas en el lado que necesita menos presión. Esta técnica reduce momentáneamente la carga sobre las patas que están siendo ajustadas, permitiendo realizar las correcciones con mayor facilidad. Es importante mantener la calma y realizar todos los movimientos de forma controlada para evitar crear olas o movimientos bruscos que puedan desestabilizar la estructura. Durante este proceso, conviene monitorear continuamente la tensión de las paredes de la piscina, asegurándose de que no aparezcan arrugas excesivas o zonas de estiramiento extremo que podrían indicar un ajuste demasiado agresivo. Una vez completada la nivelación, es recomendable dejar reposar la piscina durante varias horas antes de utilizarla nuevamente, permitiendo que la estructura se asiente en su nueva configuración y verificando que no haya desplazamientos adicionales.

Mantenimiento posterior y prevención de futuros desniveles

Lograr una nivelación adecuada es solo el primer paso; mantenerla a largo plazo requiere atención continua y medidas preventivas que eviten la recurrencia del problema. Un cuidado apropiado puede extender significativamente la vida útil de la piscina tubular.

Verificación periódica del nivel y estabilidad del terreno

Establecer una rutina de inspección regular resulta fundamental para detectar problemas de nivelación en sus etapas iniciales, cuando aún son fáciles de corregir. Se recomienda verificar el nivel de la piscina al menos una vez al mes durante la temporada de uso, prestando especial atención después de lluvias intensas o periodos de uso muy frecuente. El terreno bajo la piscina puede experimentar cambios debido a la humedad, el drenaje inadecuado o el simple asentamiento natural del suelo. Observar la línea del agua desde diferentes ángulos proporciona una evaluación rápida y efectiva del estado de nivelación. También conviene revisar periódicamente el estado de las patas de soporte, buscando signos de hundimiento, oxidación o desgaste que puedan comprometer su capacidad de sostener la estructura adecuadamente. Mantener un registro fotográfico o escrito de estas inspecciones permite identificar tendencias y anticiparse a problemas mayores antes de que se manifiesten de forma crítica.

Soluciones permanentes para el apoyo de la estructura tubular

Para minimizar la necesidad de ajustes frecuentes, invertir en una base sólida y bien preparada representa la mejor estrategia a largo plazo. La instalación de una base de arena nivelada y compactada de al menos diez centímetros de espesor proporciona un soporte uniforme que reduce significativamente el riesgo de asentamientos irregulares. Colocar losas de hormigón o bloques específicamente diseñados bajo cada pata de soporte distribuye el peso de manera más efectiva y previene el hundimiento en suelos blandos. El uso de una base protectora bajo toda la superficie de la piscina no solo protege el liner de daños sino que también contribuye a estabilizar el conjunto. En terrenos especialmente problemáticos, puede considerarse la instalación de una plataforma de madera tratada o composite que eleve completamente la piscina del suelo natural, proporcionando una base permanentemente nivelada y resistente a los cambios del terreno. Estas soluciones, aunque requieren una inversión inicial mayor, resultan altamente efectivas para garantizar la estabilidad y prolongar considerablemente la vida útil de la piscina tubular.

Para quienes prefieren contar con asesoramiento profesional o requieren servicios especializados de mantenimiento y reparación de piscinas, empresas con amplia experiencia en el sector ofrecen soluciones integrales. Auto Piscinas, con servicio desde dos mil tres, proporciona atención especializada en Alicante, incluyendo servicio técnico propio y reparación de diversos tipos de piscinas. Su horario de atención de lunes a sábado de nueve de la mañana a ocho de la tarde facilita el acceso a consultas y servicios. Los interesados pueden contactar a través de los teléfonos seiscientos siete cincuenta y dos ochenta y ocho trece o novecientos sesenta y cinco noventa y cinco veinticuatro veintisiete, así como mediante correo electrónico a info@autopiscinas.com para recibir orientación profesional sobre el mantenimiento y cuidado óptimo de sus instalaciones acuáticas.


Publié

dans

par

Étiquettes :